En esta entrada muestro los pasos realizados en el trasplante de un madroño yamadori que adquirí este año en Bembibre en el Congreso Gallego del Bonsai; me gustó a primera vista y el precio era asequible así que me dije: por qué no, (y eso que ya tengo dos madroños más en mi colección) pero es una especie que me gusta como bonsai.
Podéis ver que el árbol está en una fase inicial de formación, le falta mucho para parecer un bonsai, pero eso lo conseguiré con 5 o 6 años de trabajo. El tronco tiene un primer trabajo realizado con amoladora recta para disimular un corte horizontal.
Muchos aficionados prefieren poner los bonsai en maceta prácticamente cuando el árbol tiene ya una formación casi definitiva y después de unos cuantos años de trabajo. Yo prefiero pasarlos a maceta de bonsai en el momento que disponen de buenas raíces y poco a poco trabajar el árbol.
En la primera fotografía se puede apreciar que el madroño dispone de un buen nebari y tiene posibilidades.
El madroño venía muy bien sujeto al tiesto con estos tornillos
El árbol presenta una buena cabellera de raíces, esto me hace pensar que lleva ya algún tiempo en este tiesto de entrenamiento.
He aprovechado un tiesto que tenía ya utilizado anteriormente, creo que le puede venir bien en estos primeros años de formación
He utilizado una mezcla de akadama, pomice y volcánica para el sustrato
Aquí se pueden ver los alambres de sujeción para que nuestro bonsai no se mueva
Cortamos los alambres sobrantes
Con la ayuda de un palillo chino colocamos el sustrato
El resultado final, ahora a modelar el bonsai y en cuatro o cinco años podremos disfrutar de un buen bonsai.